Húmedo, pantanoso e inhospitable, el mundo de Dagobah fue el hogar de los últimos grandes maestros Jedi. Después de una fiebre visión de Obi-Wan Kenobi en el planeta Hoth, Luke Skywalker utilizó la Fuerza para desplegar las coordenadas de hiperespacio adecuadas con el mundo perdido, esperando completar su entrenamiento Jedi a mano de Yoda. Allí, en el calor opresivo del pantano, el joven Luke se sometió a las primeras pruebas agotadoras que lo moldearían en un caballero Jedi.

